Acarreando un libro escotado
me redimo asumiendo la soledad…
Hoy pesa más que de costumbre
porque el diablo anda de vago.
Parafraseando algún permiso
las sombras me soplan la nuca
y agito los ojos en busca de penitencias
mientras la túnica se escapa de los pies.
El ángel ha caído,
boicoteando mi pureza
le di permiso de ultrajarme
sólo por esta noche.
Arrodillada, pero sin rezos
escupo en el cemento
algún deseo de ultratumba
que me lame las heridas
y se desangran los fantasmas
espiándome desde el portal.
Sacrílego desperdicio,
balbuceo cánticos herejes
mientras la cruz con forma de mujer
se ha perdido de mi muñeca.
Y perfilo hacia la puerta
maldiciendo más que de costumbre
llena de proezas de juerga
y con el alma vacía.
Esto debería ser una bendición
pero excomulgando en pretérito
termino como ramera
silbando en la avenida espectral.
martes, 19 de julio de 2016
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