jueves, 10 de noviembre de 2016
-LOS MICROBIOS DEL JURÁSICO- -Hallados microbios fosilizados en una zona entre Jaén y Granada.
-Se les atribuye una antigüedad de 170 millones de años.
-El entorno fue en el pasado un fondo marino con actividad volcánica.
Investigadores del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén (UJA) han descubierto en un afloramiento de lavas submarinas situado entre Jaén y Granada, concretamente entre los municipios de Noalejo y Campotéjar, restos fósiles de comunidades microbianas que habitaban en el fondo oceánico en el Jurásico (hace 170 millones de años).
El paleontólogo Matías Reolid y la mineralogista María Isabel Abad son los científicos responsables del hallazgo, que aporta nuevos datos sobre un entorno que en el pasado fue un fondo marino con actividad volcánica y que hoy es visitado a menudo por estudiantes.
"Es uno de los pocos afloramientos que tenemos en Andalucía de lavas submarinas; son los restos de una plataforma marina que según fue avanzando el Jurásico se fue rompiendo por una serie de fallas, algunas de las cuales favorecieron la salida de lavas en el fondo del mar", detalla Reolid, explicando que estas últimas tienen forma redondeada, por lo que se las denomina lavas almohadilladas.
Los huecos que quedan entre estos cuerpos redondeados han sido ocupados por distintas composiciones minerales, y es precisamente en una de estas composiciones que es de color verde donde los expertos de la UJA han hallado los restos fósiles de los microbios. "Estas mineralizaciones verdes siempre llaman la atención de los estudiantes, pero curiosamente nadie antes las había analizado desde el punto de visto petrográfico, mineralógico o químico", apunta Abad sobre unas muestras cuyo análisis reveló que se trataba de una mica verde (glauconita) que contenía filamentos muy finos formados por comunidades microbianas del Jurásico.
La relevancia del hallazgo radica en que la composición mineralógica y el contexto ambiental en el que fueron hallados estos restos indica que había circulación de fluidos hidrotermales (de entre 100 y 200 grados centígrados) vinculada a la actividad volcánica del entorno. "No es habitual encontrar este tipo de fósiles y, menos aún, preservados en glauconita", añade Reolid.
Los microbios hallados son de tipo extremófilo (quimiosintéticos), es decir, que habitan en lugares de condiciones extremas, como puede ser un fondo marino profundo, carente de luz y asociados a fluidos hidrotermales. El siguiente paso, según explica la investigadora, es analizar la composición isotópica del oxígeno de estas mineralizaciones verdes para determinar con mayor precisión la temperatura que había cuando estos organismos estaban vivos. Así, estas comunidades abren una nueva línea de investigación para profundizar en el conocimiento del pasado jurásico de nuestro entorno geológico.
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