lunes, 9 de mayo de 2016
Dos relatos de Irlanda El nacimiento de Lugh
Balor vivía en la isla de Tory. Tenía un solo ojo en medio de la frente. Su mirada era mortal, por lo
que mantenía oculto ese ojo, y sólo lo descubría cuando quería destruir a algún enemigo.
Un druida le predijo que moriría a manos de su nieto. Balor sólo tenía una hija que se llamaba Ethné.
Y para conjurar la predicción del druida, decidió actuar de manera que ella no pudiera tener hijos.
Balor encerró entonces a su hija en una torre inexpugnable, construida en la cima de una roca, cuyo
extremo se perdía entre las nubes, y cuya base era azotada por las olas. Allí relegó Balor a la bella Ethné,
dándole por compañía a doce mujeres, cuya misión era impedir que la muchacha llegara a sospechar que
en este mundo existían hombres.
Ethné permaneció prisionera mucho tiempo, y nunca le hablaron de hombres. Sin embargo, desde lo
alto de su torre veía pasar navíos conducidos por seres humanos que no tenían el mismo aspecto de los
que conocía. Siempre hacía preguntas al respecto, pero siempre se le negaban las respuestas.
En la costa irlandesa que se enfrenta a la isla de Tory, vivían tres hermanos. Uno de ellos poseía una
vaca maravillosa, "la vaca azul del herrero" la llamaban, y su leche era tan abundante que despertaba la
envidia de todos los vecinos. Balor se la robó.
Mac Kineely, el propietario de la vaca, quiso vengarse. Guiado por los consejos de un druida y de un
hada, se disfrazó de mujer. El hada lo condujo en alas de la tempestad hasta la cima de la roca, donde se
elevaba la torre en que vivía la prisionera.
El hada se presentó a las guardianas de Ethné diciendo:
–Vengo acompañada de una dama a la que he rescatado de un secuestro. Vengo a rogarles que le den
asilo.
Las guardianas, reconociendo a un hada, no se atrevieron a negarse. Así, ella penetró en la torre
llevando a Mac Kineely y sumiendo en un sueño mágico a las doce guardianas.
Cuando despertaron, el hada y su compañera habían desaparecido. El hada se había elevado por los
aires con Mac Kineely. Ethné se encontraba sola, pero estaba embarazada.
Ethné dio a luz a tres niños, que Balor mandó arrojar a un abismo marino. Para llegar a éste había que
atravesar un golfo, en el cual el mensajero cayó al agua junto con uno de los niños. Cuando llegó al
abismo, sólo quedaban a su lado dos, a los que ahogó. Luego volvió con Balor.
El niño que cayó al agua fue rescatado por el hada, a quien debía su nacimiento. Ésta lo tomó en
brazos, lo llevó por los aires y llegó con él a la morada de Mac Kineely. Le entregó a éste el recién
nacido y le informó que era su hijo, el futuro Lugh. Ese niño era, en efecto, el que ya adulto mataría a su
abuelo Balor de una pedrada en su único ojo.
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