Imaginando que llegaras con tu silencio,
deseo olvidarte y ya te estoy evocando.
Me respaldo en el vano de una puerta,
por la que asoma la firmeza de la duda,
como caminante pleno de ausencias,
o bohemio en una esquina de apego.
El original olvido, deviene en inacabada
razón para aguardarte en el reverso
de los vientos que trae el arcano desvarío.
Cruzaré los dedos, solo deseándote,
en ese túnel infinito en que bordeo tus caricias.
jueves, 9 de junio de 2016
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