llegan tus ojos como atardeceres de mares...
y el viento norte de tu voz...
susurran en mis oídos tu nombre...
Entonces el mar que no te olvida...
pregunta una y otra vez...
¿Dónde estas?...
Invariablemente un día tras otro día...
la playa de arena blanca se queda conmigo...
al igual que tu mano y tu dulce caricia...
Como estelas de tu voz en el mar de tu alma...
entonces la noche que no te olvida confabula...
con las estrellas para dormir conmigo...
Para luego despertar con el rocío de tu perfume...
con las olas del silencio...
con tus cabellos de viento sur...
invariablemente un día tras otro día...
Pienso en ti...
Te siento en mi...
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