Hemos pasado por etapas que han sido muy dolorosas, recuerdos pasados que no se van de nuestras vidas, heridas que aún no sanan porque seguimos pensando en el ayer… y eso nos nos deja avanzar.
La mejor manera de superar el dolor del pasado no es tratando de olvidar, estar a punto de llantos y mala vida, sino al contrario… es mejor saber enfrentar lo que causó tanto desastre en nuestras vidas.
Pregúntate en tu interior, ¿hasta cuándo seguiré aferrándome a eso? ¿Hasta cuándo quiero sufrir por algo que me sucedió en el pasado?
Una vez te enfrentes a esas preguntas es hora de soltar las amarras del pasado, desecha esas vivencias, perdona el daño que te causaron; sólo así podrás seguir con tu vida hacia adelante, experimenta la hermosa sensación de sentirte libre, respirar hondo, saber que eres una persona llena de energía, que tienes libertad para llorar, para reír.
Desprenderte de todo lo que te ata al dolor.
Pon punto final, es tu decisión, ya no necesitas seguir persiguiendo las sombras del pasado, es hora de vivir el hoy.
Ser feliz debería ser una de tus prioridades. El ayer te dio la experiencia para lo que vives hoy y que te servirá para que tengas un futuro mucho mejor.
jueves, 22 de septiembre de 2016
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