Él deletreaba un poema en sus muslos con sus labios, y ella escuchaba.
Él dibujaba un mapa con sus dientes en su cuello, y ella lo observaba.
Él borraba las dudas de su mente con sus brazos, y ella asentía.
Él quitaba sus tristezas desde el lóbulo de la oreja con su lengua, y ella sonreía.
Él borraba las huellas de la soledad recorriendo el camino con sus dedos.
Y ella se entregaba.
sábado, 1 de octubre de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
“Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan ha...
-
❇La mitología esconde la presencia fugitiva de muchas damas acuáticas. Entre ellas hay una que se destaca sobre el resto: la Dama del Lago. ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario