-Dime si es necesario romper el silencio de esta noche, y lo haré corriéndome en tu poesía.

-Hoy y mañana he de escribir los versos más eróticos que mis manos puedan escribir... para que en ellos encuentres el silencio de las letras ...

-Y en medio de ese silencio, solo buscan mis oídos ese suspiro que diga... que eyaculando poesía, siempre dibujas mi nombre...

-Solo mis dedos han de romper el silencio, escribo prosa y poesía y en medio se me escapa tu nombre y me pregunto si lees o rozas mis letras con tus labios...

-Unas veces con los labios, sí, otras me basta con las yemas de los dedos para acariciar tu cuerpo escrito sobre el papel en forma de versos. Pero la mayoría de las veces, cuando lo que busco es romper este silencio... entonces... te leo con el cuerpo entero...

-Pues que así sea... que mis dedos no paren y que llenen de letras el papel, que lleguen a tus oídos y así tu mente ha de romper el silencio para que tu cuerpo pueda amar, lee… no pares que se llenan de lágrimas las letras... Qué son lágrimas de alegría por sentir cómo lees

-Y cómo quieres que te lea... si hasta las heridas, cuando las escribes, se vuelven poesía en tus manos... poeta. Y en estas noches de silencio, cuando el cuerpo se vence por las letras, busco ese rincón en el margen, para hacer el amor con ellas...

En el bulevar de los deseos me escondí
huyendo de mí... Fue cuando oí esa voz
poniendo precio a tu piel...
y en un arrebato de irá
el filo de mis ojos perdí.

Ya no hay moneda para comprar
el veneno de tu piel... ni ese tacto divino
desde tus ojos hasta tu pies.

Amor prohibido... desahuciado de un gemido
me robas mi libertad, mi ilusión
y un par de monedas...
sin derecho a un reclamo.