Hoy es uno de esos días en los que no te necesito, pero te extraño… me hace falta tu locura, tu sarcasmo, tu sonrisa, tus besos y caricias… hoy es un día de esos en los que cierro los ojos y logro ver tu figura compenetrada con la mía, en esos atardeceres en los que una mirada y un abrazo era suficiente, era perfecto para combatir cualquier mal.
Qué es esto? Cómo extraño sin necesitar? Cómo es que necesito sin querer? Cómo recuerdo cada centímetro de tu piel, cómo si fue ayer que lo aprecié? Qué es este nudo en mi garganta que me cohíbe de decir tanto, de gritar tu nombre, que todos lo escuchen y me tilden de loca, cuando en realidad pienso en cuando fuimos uno, y era feliz, me hacías feliz…
Oh mi querido Muso!! Será que permanecerás por siempre en este corazón? Será que no habrá un sustituto, yo creo que no, no habrá alguien semejante, que me haga olvidar la oscuridad que emana la noche, o el resplandor incómodo del sol como lo hiciste tú en cada uno de esos días gloriosos.
Es que no hay quien te sustituya, porque permaneces intacto en mí, el recuerdo de aquel hombre un tanto descuidado, minucioso, semi protector no tendrá jamás quien ocupe su lugar… y será esto sano? No. No lo es, pero no encuentro la manera de desprender todo esto que llevo dentro.
Comúnmente la alegría se transforma en dolor, o pena, pero no te preocupes no te quiero cerca, no te conmigo, no te deseo aquí, deseo que seas libre y feliz, que seas tú, que encuentres tu lugar en el mundo, mientras yo encuentro un sustituto que me ayude con esta carga que en ocasiones no pesa, no se siente, pero otras veces siento que me derrumba.
Lo mejor de todo es que por ti mi muso, muso de mi imaginación, me levanto y lucho en esta constante guerra entre lo que deseo y no deseo, porque sé que sin importar el lugar en que te encuentres, tu desearías que yo estuviese bien, y eres uno de mis motivos por los que lucho, es estúpido lo sé, porque probablemente no sabes nada, no te interese como estoy, pero prefiero pensarte lejano y afable, interesado por el bien común del universo. De ese universo al que se supone pertenezco.
Esta mañana recito uno de mis versos para ti …
Créeme yo peco a diario pensándote, imaginándote y soñándote. Sin rima, sin versos, sin miedos y confuso y viviendo con pasión desenfrenada… ni idea cuando cambio, pero cambio y eres mi muso, mi refugio, mi confusión mi pecado en un empate entre lo erótico y hermoso que eres…
“Me da igual.
Que estés presente o ausente.
No te necesito.
Sólo te amo.”
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