Y esa noche, el mar que se decía mi amigo. Traicionándome te amó. En la arena te fundiste, sin mis manos sin mi boca. En la arena te perdiste, tal como lo dije yo. Y esa noche, en mi cielo no hubo estrellas, todas estaban contigo. Y la noche fue testigo de lo bien que te enseñe a hacer el amor, y esa noche mi amigo con la furia de sus olas, apaga tus quejidos, esos que solo en mi lecho y a mi oído, jurabas que podrías decir. Y esa noche mi cuerpo se congelaba y mi cama se hacía grande, pues tu no estabas conmigo.
Y yo nunca me imaginaba que a el, la mesa le había servido. Y esa noche, el mar que se decía mi amigo, en tu cuerpo penetró. Sin pensar que mar y arena, lodo forman. Y en el lodo te perdiste.
domingo, 13 de noviembre de 2016
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