A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

lunes, 14 de noviembre de 2016



Y volaré bajo el cielo de tu memoria dejando en tu corazón mi recuerdo; en tus labios, mis palabras; en tus ojos, mi sombra.
¿Bastará?
¿Alcanzará, este desesperado intento, a herir de emoción tu alma?
He luchado contra esos silencios que teñían de angustia mi alma.
He soñado en medio del desierto.
He sentido el aroma de la felicidad cuando la vida se empeñaba en darme el pésame.
He nadado contra corriente, alentado por la ilusión de que me esperabas en la otra orilla.
Porque más allá de sentimientos fugaces, cambiantes y, a veces, traicioneros; más allá de puntuales estados de ánimo, bajo ellos yace la roca firme de la conciencia, y esta siempre me dice lo mismo:
“Te espero” y “Te quiero.”
Así pasaré esta vida donde se mezclan las realidades y las esperanzas, haciendo, de esos segundos que la tejen, un monumento a ese feliz pensamiento: el de saber que allá donde me encuentre, así como me sienta, siempre soñaré conque me esperas en la otra orilla.
Y si el eco de estas letras no alcanza a sonar en tu pecho, sea la fuerza del amor quien cruce la distancia y los silencios.
Y digo esto ahora, cuando tus ojos se clavan en los míos como mar en calma. Ahora que toco el cielo, recuerdo ese momento en que él me cerró sus puertas; solo así sabré que valió la pena nadar contra corriente porque sabía que tú también, desde la otra orilla, soñabas con ese “Te espero” y “Te quiero.”

Te guardé en un recuerdo
escondido en lo más profundo de mi corazón,
Allí donde guardo
las cosas importantes de mi vida,
Donde está tu primera sonrisa,
La caricia que creíste perdida,
El primer beso, entre las arenas bañadas
por el agua salada del atlántico,
El deseo pecaminoso
a la puerta de una iglesia.

Te guardé para no perderte,
Cómo guardo cada día tus miradas
en las mías perdidas,
Tus sugerentes caminares
cuando sabes que te observo
deslizarte hacia el dormitorio,
El roce de tus manos explorándome
en la búsqueda de secretos,
En los abrazos al calor de tu cuerpo,
En cada beso con el que me despides
hasta que amanezco.

Te guardé, en los instantes que compartimos,
En los sueños que forjamos,
En los pasos que caminamos,
Para volver a ti
cuando no puedo estar a tu lado.


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