domingo, 4 de junio de 2017
Nadie.
Nadie a visto el color del amor, ni comprobado la textura del olvido. ¿Qué gusto tiene la soledad diáfana? ¿Cómo resuena en el vacío el eco del odio? ¿Donde está enraizada la determinación? La emociones habitan universos paralelos de luz, nosotros rumiamos asteroides en la oscuridad absoluta. ¿Quién nos dijo que eramos reales? ¿Quién nos subió al estrado? Tras cada giro de dados se hace más difícil comprobar si el yo que me habita soy yo y no otro. Nadie recuerda por las noches que en el abismo de los pensamientos se encuentra el recuerdo de los olvidados, de aquellos cuyos dichos han sido sepultados. No hay tierra firme para el que toca el cielo con las manos, ni cielo para el que tiene el mundo a sus pies.
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