LA FELICIDAD LLEVA TU NOMBRE

Tal vez no sepa demasiado acerca de la vida, pero sí hay algo que tengo muy claro: sé lo que siento por ti y sé que te quiero, de eso no tengo ninguna duda.

También sé lo que es la felicidad, y la felicidad eres tú. Tú eres mi dicha. Gracias a ti, mis días están llenos de luz y mi vida tiene por fin un sentido.

Para mí, la felicidad lleva tu nombre, tu rostro, tu cuerpo, tu voz y tu olor. La felicidad llegó a mi vida el día en que tú apareciste, como un milagro.

Nada temo con tu amor. Si tú estás a mi lado, no tengo miedo a nada ni a nadie. Gracias a ti he vuelto a nacer, cuando ya no tenía esperanzas ni fuerzas para luchar.

A ti te debo todo. Gracias a ti, cada día sonrío y afronto la llegada de cada nueva mañana con una sonrisa en los labios y con una esperanza renovada.

La felicidad lleva tu nombre. A ti te debo mi risa y siento que soy capaz de cualquier cosa, pues tú me infundes el valor que necesito para sobrevivir y no rendirme jamás.

Tú me has hecho cambiar y mirar con ilusión el mundo que nos rodea. Tú me has inyectado fuerza para seguir hacia adelante, tendiéndome tu mano, alentándome a continuar.

Te quiero, amor mío, dueño de mi dicha y de mi corazón. Te amo, tesoro, guardián de mis anhelos y custodio de mi plena felicidad. Te adoro, príncipe mío, señor de mis sueños y de las esperanzas del mañana.