A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

domingo, 31 de julio de 2016

Los Celtas: El Mundo Subterráneo Celta como Resonancia...✽ ☪


☪A menudo pienso que el mundo interior es como un paisaje. Aquí, en nuestro mundo de piedra caliza, nunca se acaban las sorpresas. Es hermoso hallarse en la cima de una montaña y descubrir un manantial que sale de debajo de las grandes piedras. Viene del corazón de la montaña, allí donde jamás penetró ojo humano. La sorpresa del manantial sugiere fuentes arcaicas de conciencia que despiertan en nuestro interior. Con súbita frescura nacen nuevos manantiales. No es casual que en el mundo celta los manantiales fueran sagrados. Se veían como umbrales entre el mundo subterráneo oscuro e ignoto y el mundo exterior de la luz y la forma.

☪En tiempos antiguos se concebía la tierra de Irlanda como el cuerpo de una diosa. Se veneraba los manantiales como lugares por donde manaba la divinidad. Como dijo Manannan MacLir: “Quien no beba de la fuente no tendrá sabiduría”. Aún hoy la gente visita los manantiales sagrados. Visitan varios, caminando en el sentido de las agujas del reloj, y con frecuencia dejan exvotos. En cada uno encuentran distintas clases de curación.
Cuando brota un manantial en la mente, surgen nuevas posibilidades; uno encuentra en sí mismo una profundidad y una vitalidad desconocidas. El irlandés James Stephens se refiere a este arte del despertar cuando dice:

"“La única barrera es nuestra disposición”. Con frecuencia permanecemos exiliados, marginados del mundo fecundo del alma simplemente porque no estamos dispuestos. Debemos preparar el corazón y la mente. Son muchas las bendiciones y la belleza próximas que nos están destinadas, pero no pueden entrar en nuestra vida porque no estamos preparados para recibirlas. El tirador está en el lado interior de la puerta; sólo uno mismo puede abrirla. A veces nuestra falta de preparación se debe a la ceguera, el miedo, la deficiente autoestima. Cuando estemos preparados, seremos bendecidos. En ese momento la puerta del corazón será la puerta del Cielo. Shakespeare lo dijo en El Rey Lear. “Los hombres han de sobrellevar/su partida como sucedió con su llegada;/lo único que importa es la madurez”.

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