el mio que es eterno..
y bebe de las profundas
fuentes del olvido..
A tu indiferencia
opongo el hielo estancado
de mi esfinge..
que yace para siempre
entre el páramo borrascoso
de la ausencia y el gélido
abrazo del invierno..
A tu frío, arrojo de frente
el viento de mi lira, siempre
viva y desconcertante..
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