A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

lunes, 15 de agosto de 2016





Tengo todos mis poemas

de espaldas contra la pared

no me gusta que me miren

cuando estoy a punto

de disparar mi rabia.




Hay uno que habla de ti

y cree que por ello

se salvará

y la realidad

es que será el primero

en teñir de tinta azul

la hoja del fracaso.




Soy un montón de palabras

que nunca saldrán de mi boca,

soy un tren que descarrila

lejos del folio del desahogo.




Odio leerme y encontrar

que sigo vacía

y con las mismas ansias

de arrastrarme sin escrúpulos

a lamer todo aquello

que apunte tu índice.




Siempre pensé que la asfixia

era una buena muerte

si el coño que lo hace

se humedece del acto.




Busco a la asesino perfecta

mientras me tambaleo

por los labios del pecado,

por los bares del vicio,

por las piernas del capricho.




Aún no estas, quizás ni has nacido

y por ello lo que escribo

está enseñándome la nuca

desnuda contra la pared

esperandO salvarse

de un tiroteo necesario.




Quizás cuando te encuentre

escriba algo decente

y lo enmarque en la pared.




O pierda la necesidad de escribir

y la asfixia me parezca un acto desechable,

no lo sé. Mientras tanto

ya sabes donde hallarme

al borde del último verso,

matando poemas.

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