A veces se estanca en mí, la fuente de los versos..
El agua viva que baña el jardín de mi silencio..
se hace arena de flores muertas..
La sangre de mi alma se vacía de sueños,
se congela el claro de mi luna perfumada
sobre la eterna desazón del viento..
y vago a la deriva entre el polvo y la niebla,
por los pasajes más sombríos de un invierno infinito,
sin más amparo que el triste eco de una canción
de otoño, con su amarilla desnudez..
va derramando su desconsuelo sobre mi tiempo..
Lágrimas de nieve que van quemando despacio
mi soledad..
Son las horas en que todo muere en mi..
Se evapora el rocío de mis liras en un suspiro
eterno y se desvanece en la sombra
la niña que una vez fui..
La tempestad golpea fuerte en mis ojos de cristal,
y toda la música del pecho se me escapa
presurosa con la lluvia del hastío..
¡Vuelve a morir la poesía..!
Y deambulo sonámbula por los charcos
que ayer fueron los mares de mi magia..
Voy buscando mi aurora en un cielo imposible
que vomita estrellas en la nada..
y sólo yo sé que no amanecerá..
Desamparo que rasga el alba, robando de mi luz
el oro que sueña en verso..
mientras escribe en mi frente: Estancamiento..