Ya nunca veré el ópalo rosado
que prendiste en sueños,
sobre el lienzo inmaculado
de otro amanecer..
Esperando tu vino de oro,
se ajaron las horas verdes
que robé a mi sangre por ti..
¡Cómo esperé en vano que la rosa
de tu cielo derramara su néctar
de amor por mi..!
Lluvia de espejismos rotos
que no dejó de amainar..
Y en la bruma del silencio,
quedaron desnudas
todas las flores que bordé
en mi verso..
Se mustió la lira soñolienta
que aguardaba inquieta,
la luz de tu canción..
amarilla como lágrima del tiempo,
en su perpetua desazón..
Nunca saldré de ésta esfera
de anhelo y olvido,
que gira en torno a tu sombra..
a la espera como siempre,
de un nuevo milagro de invierno,
que alumbre toda el aguanieve
que por tu ausencia,
ya tengo estancada en el alma..
viernes, 9 de septiembre de 2016
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