El primero de todos los vampiros.
En la eterna oscuridad,
de la noche fría,
por un sendero,
lleno de almas,
se pasea una dama,
de cuerpo esbelto,
y piel blanquecina,
con un traje bien ceñido.
Sus labios son tan finos,
que parece una muñeca,
de esas antiguas,
que tienen los ojos,
tan pequeños,
como un zafiro.
Se dice de ella,
que es cruel,
pero el poeta del olvido,
te podría demostrar,
que es una ángel,
de Dios,
la cual en mis tinieblas,
me protege,
y me siento acogido.
Sin ella ,
solo soy,
un ser inerte,
que solo sabe escribir,
y desmigajar,
sus sentimientos,
en un mugriento papiro.
Mi vida depende,
de lo que siento,
y me da igual,
desafiar a la melancolía,
a la nostalgia,
al amor,
o a cupido.
Porque al final,
todo se acaba,
pero jamás negaré,
que te recordaré,
cuando esté,
en las últimas,
y consiga expulsar,
mi último suspiro.
Muchas penas e pasado,
y muchas cruces,
en mi espalda e cargado,
y ahora me siento,
débil y aturdido.
Solo me queda,
seguir vagando,
por valles,
de sombras,
sin reflejo,
y perdido,
como el primero,
de todos,
los vampiros.
(Crónica de un vampiro).
Este poema salió del vampiro clásico,
que habita en mis tinieblas,
se podría decir,
que es la representación,
de mi lado oscuro,
pero nunca sin perder el matiz,
de la ternura y el sentimiento.
Gracias a todos y todas aquellas personas,
que invierten un poco de su tiempo,
en fundirse en mis letras,
pues si escribo es solo para alegrar tu vida.
domingo, 18 de septiembre de 2016
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