TÍTERE ENTRE TUS DEDOS

No soy más que una marioneta, un vulgar títere representando su papel en el burdo teatro de la existencia humana. Renegada quedé por siempre, como un títere en un cajón del olvido, condenada a vivir en un baúl del pasado. Mi vida pende de un hilo. No soy sino una marioneta, un mero juguete del Destino.

No soy más que una muñeca de trapo. Atrapada me hallo en una caja de madera, en la que sólo sirvo como juguete de un amo que no entiende de sentimientos, ni de las lágrimas que derramo en el silencio de la noche oscura.

Olvidada estoy en un cajón, pero ya no me quedan más lágrimas que derramar. Un susurro en la oscuridad es mi lúgubre lamento. Yo, que consagré mi vida al teatro, ahora vivo en un sueño que me atormenta, en un delirio sin sentido, en una locura sin fin.

Olvidada, repudiada, despreciada... Sólo me queda esperar, como marioneta del absurdo teatro de la vida, títere de unos caprichos sin lógica, esclava de un sentimiento inútil. Perdida me encuentro en medio de un camino sin retorno, en una espiral sin salida, en una existencia vacía. Sin amor, sin esperanza, sin fe...

Los hilos que antes me ataban a él, hoy estrangulan mis sueños; y yo yazco en el fondo de un baúl cubierto de polvo. Así que aquí estoy, sin ganas de sonreír, sin ganas de reír, sin ganas de vivir. Vivo en un letargo noctámbulo, en un delirio de una noche sin final...

Sólo me queda esperar, esperar un acto inmisericorde, mi última representación, mi última velada sobre el escenario, representando, una vez más, mi absurda existencia...

¿Y al final para qué? Para sucumbir ante la fragilidad de mis hilos, cerrar los ojos para siempre, y fundirme con el vuelo de las mariposas, en la noche cerrada.