Se cerrará la puerta enmohecida de éste año
iluminada de sueños y promesas..
Darán las doce campanadas su acostumbrada
plegaria por un tiempo nuevo..
pero mi corazón seguirá roto, malherido
por la triste aurora de tu despedida..
No me acostumbro a no sentir tu presencia
en ésta sintaxis ácida del presente..
Padre, ¿dónde estás ahora que tengo miedo..?
No tengo más tinta en la sangre para vestir
de rosas la esquela de tu partida..
Las espinas negras del infortunio
nos robaron el amor y la calma..- pan de lágrimas -
mientras una paloma dorada moría sobre tu pecho
aquella mañana de marzo..
Año de uvas amargas llevate ésta nube de letales
lluvias y devuelveme el oro de los días felices..
vendrán horas de vino blanco a hacer su brindis
al sol en mi hogar vacío y destartalado..
Una hoja menos en el calendario - incertidumbre -
y un nuevo ciclo comienza, desde el polvo del olvido
hasta el incierto camino del futuro..
No hay comentarios:
Publicar un comentario