A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

viernes, 13 de enero de 2017

Como en un pueblo fantasma,
deshabitada la emoción, suena el silencio.
Duermen
sobre la mesa polvorienta, del pasado,
los cubiertos sucios de la infancia,
un trozo de lo que ayer fue pan adolescente,
y un vaso con rastros de vino adulto, de crianza.
En la pared agrietada,
colgado de un vetusto clavo,
el cuadro torcido, de la madurez,
sin nadie para enderezarlo.
Me abandono por la carretera,
llena de socavones de mi pasado,
sin otro equipaje que,
el sonido de mis pies, alejándome

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