A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

jueves, 12 de enero de 2017



Dulce baja el aguaque conduce al sentimiento
de rozarte con mi aliento,
cuando despierto y regreso a tu mañana
dispuesta a rescatarte de mi sueño.
Oculta;
te busco en el rocío
que escribe de tu abrazo en mi ventana,
con lagrimas de aurora y risas de lavanda.
Huele a epílogo tu cuerpo efímero,
sembrado entre linos y pespuntes;
en el barranco sutil de la almohada.
Nada avanza,
ni siquiera la danza lenta de tu latido
sobre tu pecho insolente, altivo.
Nada parece vivo cuando tu sexo amanece;
cuando el destello del alba
se inscribe en tu calma;
cuando el velo te desnudo
y en la distancia te miro,
dormida en la elegancia fugaz de esa sonrisa
que apenas te delata.
Todo es magia tras la lucha;
todo es humo y a lo lejos,
aun se escuchan tus galopes desbocados;
tus gemidos desmedidos
y esa lluvia de sentidos empapados,
inconscientes,
indecentemente unidos a mis dientes de pecado
Es temprano
y ya hace tiempo que he nacido de tus manos
y ahora,
cuando las horas nos quieren;
me he sentado a verte ausente,
dormido;
escrito en mi pupila para siempre.
Sobre las huellas no escritas
de tus ojos de estrellas;
prolijo de sabores y temores,
he vuelto a tus preguntas.

Hija de tus dudas me has parido
en el sentido fugaz de la palabra miedo,
porque quiero donde nunca te han querido
y te he arrancado gritos y deseos,
allá, donde los dedos te han escrito febril y caprichosa;
donde tu rosa quiso.

Se ha quedado entre mis poros
el recibo de tu paso incandescente;
tu diferente risa
y esta prisa que me mata lentamente;
que te escribe y te borra
y te corrige.

Son de nuevo mis otoños
los que exigen y abanderan;
los que apresan y liberan
y se atreven a retarte, cuerpo a cuerpo,
tierra a tierra.

Hija de la espera,
he vuelto a reclamarte presa de mi prisa;
compañera de mi risa y mi lamento;
porque el viento arrecia y las alas duelen
y he sido ausencia demasiado tiempo.

Te has quedado escrita en mis paredes de incienso
y en tu aroma de lujuria,
me he hecho juego de entregas y renuncias;
de distancias y de sueños.

Me he quedado pequeña en el intento
y sin embargo,
he vuelto en los fardos despojados de mi piel de luna;
aquí, donde ninguna de mis lenguas te supuso;
aquí, donde mi iluso pensamiento te dispuso mío
y el juicio final, me sorprendió en tu aliento.

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