A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

domingo, 15 de enero de 2017



Entre juegos de palabras se me esconden los arcanos

que se escurren como ríos de palabras desmedidas

ya sin vida

alienadas

destinadas

a la nada.

Entre juegos de palabras que me encantan y arrebatan

se extravían los secretos de los siglos y las eras

como verdes mocedades que boscosas se reflejan

en bucólicos parajes; panoramas insensibles

que se vierten como agujas desde lo alto de los cielos

y mis alas, ay mis alas chamuscadas por los soles del Olimpo

ya no aguantan este peso descubierto por las faltas.

Y es que Icaro, mi espejo,

no sabía qué tan lejos el hidrógeno encendía...

no sabía qué tan cerca su reflejo se implotaba

Que más da

ya llegamos a La Luna

y hasta el Sol

ya es un paseo

...casi un paseo

Entre el abundante pelaje de tanto mamífero inquieto,

sobre la escamosa piel de tanto reptil amodorrado,

bajo la babosa vestimenta de tanto anfibio sumergido

y en el verdor infranqueable de tanto paraje virginal

yacen los genes del poeta más grande

de todos los tiempos.

Clamor de versos onomatopéyicos

desluce a los artistas más premiados,

avergüenza a los letrados más aplaudidos,

y tan sólo las brisas logran abordar su lectura.

Con pupilas invisibles

la naturaleza misma lee

en silencio

el orgasmo de fonemas que se extienden

desde los fondos abisales

hasta las cumbres ionosféricas…

Pero la humanidad permanece sorda

ante el estallido inverosímil…

ante la belleza inexpugnable

de los verdaderos poemas.

Vivir de Algarabía

Sigo empecinado en rememorar obsesiones

y es como si ellas fueran un santo nutrimento

y miro y me descubro fundido en el lamento

que yace cual jardín de cardos y oclusiones.

Sigo eclosionado de cáscaras ya rotas

naciendo y renaciendo en falsas ilusiones

farseto resentido debajo de impresiones

que sirven de armadura tan solo a los idiotas.

¿Y qué me queda entonces? pues risas y alegrías

y alguna fiel sonrisa cubriendo el detrimento

de un cuerpo ya cansado de tanto sufrimiento

de un alma que decide vivir de algarabías...

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