Arde la yesca en la loma
sobre su fuego de ensueño
al pairo en mi soledad.
Las brasas miran al cielo
_Luce negro Cordobán_
con sus fugaces luceros
¡Duendes!..
¡Venid conmigo! Al embrujo,
de suspiros y silencios.
Canta la poesía en la fragua,
arden misteriosos versos.
Sobre las colinas de plata
viene la noche al encuentro,
abriendo el camino al campo
por entre el verde olivar.
Aquí en mi chozo la espero
que la necesito amar.
¡Duendes!..
¡Cantadme por alegrías!
que más duelo no quiero,
ya los reflejos de luna
bajan llorando en silencio.
Crepita fatua la yesca
y yo, sigo junto al fuego,
solo con mi eterna noche,
con mi solitaria estrella.
Perdido en la loma quedo
sólo.. besado por ella
¡Duendes!..
¡A Manuel y a Federico
por seguirillas los quiero!,
Ya los escucho que llegan
atravesando los vientos.
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