Rasga el turbio velo del claustro sagrado
de mi madrugada..
Desazón de instantes eternos..
clava punzante su arista letal
en la musa desapacible que respira en mi centro..
Gime una estrella en su limbo celeste,
entre polvo irisado de luciérnaga insomne,
y llueve sobre el espejo empañado del tiempo
una letanía de ausente cadencia..
Es la hora de la siega en mis días de otoño..
Metáfora del silencio..que va tejiendo
a contraluz, más pesadumbre..
Adverbio del oro de ayer.. ¡Gloria esquiva..!
Me acuno en tu olvido..
¡No preguntes, es la vida..!
A más dolor, más poesía..
Así me purgo yo la sangre de mi alma..
No esperes la azucena de mi verso
en la alegría, pues yo bebo de la savia
de los sauces acicalados de nostalgias,
que derraman su desamparo sobre mi sueño..
No busques mi poema más fragante y delicado,
dormido mansamente entre las acacias
tiernas de las horas blancas..
Busca mi lira ardiente y su espejismo,
entre las espinas de las rosas muertas..
Pues con mis lágrimas yo siembro flores de amor
que besan encendidas las palabras..
Vapor de luna llena expande distancia
entre mi niebla y tus párpados..
Se desnuda de púrpura sombra el alba,
con su melodía constante de amarilla rutina.
Una grieta en el sol cubre de ausencia
la incierta luz de mi esperanza baldía..
¡No preguntes, es la vida..!
A más dolor mas poesía..