A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

viernes, 28 de octubre de 2016


Este laberinto nos ha puesto de marcha atrás amado mío,
nos ha trastocado el placer de mudarnos a otros cuerpos,
a otras bocas redimidas en su salvación silenciosa, en sus cantos oníricos,
en su inconfundible aroma que exhala el fruto bendito,
el corazón que se apodera de una inmensa entrega,
como asomarnos a la tierra para poder ver de cerca la naturaleza
y engendrarnos a partir de ella, despojándonos de ese ropaje sucio
y mal habido que aún no se incinera, que de cuando en cuando
vuelve a la batalla de blasfemias y amores no correspondidos.
Ese laberinto amada mía, ha cincelado el rinconcito oscuro,
ese que nos asumía como a sus hijos pródigos y venideros,
lo ha decorado de manzanos, algarrobos, fruta seca, rosas sin espinas,
corazones bien amados-cópulas ardientes donde nada queda a la imperfección.

La tierra nos ha desplegado sus alas con un viento apoteósico,
y hemos visto llorar a la mismísima diosa de la seducción voraz
para acogernos con su dádiva de gratitud en un paraíso descubierto,
que no nos reprima el impulso sádico o la frivolidad desaforada.
Ayer nomás caminábamos hacia la barca de Caronte
y quedamos perplejos con ese viejo mordaz, cuya lengua envilecida
nos condujo por el tortuoso valle de las lágrimas;
sabíamos de la capitulación del cadalso y su homenaje en tierras desposeídas,
pero nos negábamos a aceptarlo, mas no a requerirlo,
pues nuestras caricias han sido todo este tiempo fruto de la medianoche
para arriba, cuando la soledad ha cubierto de rosas negras al recuerdo,
como a un muerto ausente de todas sus formas primigenias.

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