Alta va la luna llena. Bajo corre el viento.
(Mis largas miradas,
exploran el cielo.)

Luna sobre el agua.
Luna bajo el viento.
(Mis cortas miradas,
exploran el suelo.)

Un brazo de la noche
entra por mi ventana.
Un gran brazo moreno
con pulseras de agua.

Sobre un cristal azul
jugaba al río mi alma.
Los instantes heridos
por el reloj... pasaban.

Un instante de amor,
ver el cielo y saber que donde,
quiera que estés también lo veras
y pensaras en mi...

Las emociones...
Los tormentos...
Las ansias...
Te atan...

Donde pides a la nada ser auxiliado aún queriendo no hacerlo,
para después lanzarte por voluntad al vértigo a pesar de saber que es mortífero, inexplicablemente deseas quedarte para terminar de fallecer sumergido en sus vórtices.

El recorrido es místico agitaciones nunca antes vividas, me llevan a recorrer la riel de tu piel, dejando sensaciones de una pasión inagotable nacidas del alma o del corazón.

Mi deseo arde con intensidad con tu fuego, la piel se funde y es una a la tuya,
mis cabellos se enredan en tu cuerpo atrapándote como si fueran enredaderas hechas hebras para amarte entre algo que es amor y deseo puro como hilos entresijos.

Moras cada anochecer en mis sueños entre emociones, ansias, tormentos y eso, es un suplicio nocturno mi Eros.