A ti que me lees...
confidente de mis angustias..
de mis dudas, de mis alegrías..
A ti que compartes mis logros y sentimientos...
Da igual quien seas..
te he dejado abierto
este rinconcito de mi corazón, y tras la pantalla
accedes a mis mas íntimas sensaciones.


Gracias por acompañarme..

martes, 17 de enero de 2017

No sé si hay lugar para la gente como nosotros en el mundo, pero si quiero yo abrir mi cuerpo para ponerlo en él y protegerte del tedio de los amantes que no conocen el amanecer. Me sentí sueños de floración.
A veces siento que hay varias personas en su interior,
todos los encantos y todo lo que me golpea en el pecho,
no crean normas de interés: cuando tocan mi alma.
No soy uno, estoy más en el infinito del universo.
No puedo disculparme por algunas cosas que son mías.
Hablo tanto del silencio porque lo amo.
Odio palabras desperdiciadas.
No me gustan los contactos que atacan mi piel.
Los discursos que nos asaltan un poco, como en un accidente de tren.
Llegué allí con mi debilidad,
e incluso la sonrisa en la magnitud de los golpes.
Llevar el peso de las cosas que no se ven.
Que el mundo sepa
yo soy
frágil
en la madrugada
en el alivio del alma
en la piel de mármol.
Todo lo que sé, es que todas las cosas infinitas viven en mí,
parte de mi anatomía, son como un órgano, y todo fluye de
adentro hacia afuera.
Lo sé, parece que las palabras están flotando en la boca ...
parece como si estuviera hablando de buenas palabras.
El tiempo es la chica,
que se extiende a través de las flechas del espacio,
buscando un lugar para esconderse, temerosa y tímida
como un tsunami que destruye la ciudad en la que se enamoró.
Se me paso por alto, por amor,
siempre se utiliza la brutalidad en la tierra.
Siempre he sido tonto de pensar,
que los buenos sentimientos son compartidos por el aire.
Si tu cuerpo es un templo.
Quiero orar en tu piel.
En tu pecho
expuesto.
Parece el cielo.
Las estrellas alimentan la esperanza de que el mañana; presencia la marca de la primavera en nuestros corazones, nuestros cuerpos son poesía, traen olas turbias y calor, la tensión, la sutileza, el afecto y el deseo.
No sé si hay lugar para la gente como nosotros amor, en el mundo, pero si quiero yo abrir mi cuerpo para ponerlo en él y protegerte del tedio de los amantes que no conocen el amanecer.
Me sentí sueños de floración,
bajo el sol;
y es un sueño absoluto,
del azúcar más blanco:
del invierno.
Los pétalos endulzan las calles,
caídos del cielo sin alas.
Desata el nudo de su pecho y se ata en mí,
déjame tomar raíz en tu pecho.
-Las quemaduras del viento de la noche en mi solitario corazón, mi cuerpo se multiplica en las células que se adaptan a la vida monótona.
-Mi cuerpo es abstinencia, grita tu nombre.
-El amor va más allá de esa sensación. Es cuando dos corazones se conectan y el resto del mundo se hace pequeño.
-Dicen que cada átomo de nuestro cuerpo una vez fue estrella. Tal vez -no estamos muriendo.
-Tal vez sólo estamos volviendo a casa.
-Recuerde cuando me dijiste en la puerta de los placeres desconocidos.
-Recuerdo tu blanca piel, tus muslos y pechos como alondras.
-Recuerdo las olas de la muerte de una estrella secuestrada por un púlsar; me contaste, son los restos de la supernova.
-He leído en alguna parte que las estrellas pueden morir de tres maneras diferentes y esta es sin duda la más hermosa, la supernova puede ser tan brillante, como una galaxia, aunque sea por poco tiempo.
-Quiero orar en tu piel.
-En tu pecho
e
x
p
u
e
s
t
o.

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